miércoles, 11 de marzo de 2009

Maldita Modernidad

Inspirado por esta entrada de la señorita Mi Alma.

Estoy sentado frente al monitor, miro el reloj con insistencia y la manecilla pequeña apenas se anima tímidamente a cortejar al 'doce'. Sigo sin sueño -rara vez me sorprende antes de las dos de la mañana-, y abro la ventanita del MSN para ver si encuentro a otro desvelado como yo... nadie. Entonces abro el TweetDeck y me la paso inventando formas ingeniosas de escribir incoherencias con sólo 140 carácteres (es un reto aunque no lo parezca), cambio de Internet Explorer a Firefox, abro el MSN, nuevamente, y entro a mi hi5 para ver qué tienen de nuevo mis amigos, y para pasar el rato.

A los cinco minutos, y ya aburrido, entro a YouTube buscando un símbolo de paz... o los grandes hits en video. Todo está documentado como si se tratara de un diario visual, sin el ya conocido "querido diario": gente tratando de llamar la atención de otra gente, comerciales, videos musicales, toda clase de eventos, etc.

Cierro la ventana. Ahora regreso al explorer e ingreso mis datos para escribir en mi blog, abro la página de la RAE para cuidar minuciosamente mi ortografía, que seguramente me va a fallar, comienzo a escribir otra entrada casi por inercia, por costumbre -casi vicio-, y enciendo un cigarrillo mientras busco alguna página donde pueda escuchar mis rarezas musicales para inspirarme. Termino de escribir, un click al botón de 'publicar', una última checada al texto, y estoy listo para salir al mundo... coqueteando con Google.

Descargo música, libros, veo fotos de los lugares que me gustaría visitar, revoloteo un rato por Wikipedia, leo las noticias, por fin se conecta alguien por MSN, chateo, intercambio imágenes y archivos, reviso las tarifas de vuelos de avión hacia destinos que jamás conoceré, entro a los museos virtuales, los directorios turísticos, páginas deportivas, preguntas y respuestas, leo otros blogs, reviso mi e-mail infinidad de veces, pornografía, sigo escribiendo incoherencias vía twitter, entro a las páginas de ciencia, busco letras de canciones, los acordes, tutoriales de diferentes programas, echo a andar mi antivirus por un maldito pop-up que amenaza con echarme a perder la diversión, busco mi casa con imágenes satelitales, descargo actualizaciones, me pongo a jugar en línea, instalo plug-ins de todos los reproductores de audio y video existentes en mi PC...

El mundo está al alcance de un click —me digo con una sonrisa—, no me hace falta nada, todo está aquí.

Me percato de la hora: las cuatro de la madrugada. Hay que dormir porque mañana la jornada comienza desde temprano y ya fueron muchas horas sentado frente al monitor. Me quedaron algunos pendientes, pero mañana enviaré esos archivos, veré las páginas corporativas de los clientes potenciales que me pidieron investigar, y descargaré los efectos de sonido que necesito para el interactivo que tengo que entregar el martes.

Al final, hice de todo y nada, dije mucho y poco, y todo frente a un monitor. Las palabras recibidas por el MSN, la respuesta del servidor, o la confirmación de mis datos, me hacen creer que hay alguien del otro lado. Y sí está, igual que yo... sólo, reflejando las mismas, o más, actividades de esta rutina diaria, esperando a que la computadora cobre vida y le arranque la cabeza con una mordida para no saberse en soledad. ¿Hay alguien ahí?

Es hora de apagar la PC, la televisión, el celular. Sí, son cosas que ayudan, pero a veces me estorban.

Estoy en la puerta y le digo 'chau' a mi agorafobia.

Un mundo espera afuera...



"La soledad es la ecuación de la vida moderna"
La Vida Moderna - Fito Páez

2 comentarios:

S ♪ dijo...

Frustrante pero cierto, llenara acaso alguna especie de rutina parecida?

Besos :)

mi alma dijo...

Esto quería leer :)
Gracias por retomarlo.

Besón!