lunes, 29 de septiembre de 2008

Visitante frecuente

Que si son de buena suerte, que si traen noticias, que si son señales de cosas por hacer. En fin.

Lo cierto es que, desde hace casi un mes, me viene a visitar este muchacho. Me saluda por la ventana cada mañana, se posa en un árbol cercano por las tardes, y me revolotea como si pretendiera seguirme cuando salgo a la calle. Algunos días, cuando parece que ya no viene a hacer sus rondas, trina haciéndome saber que está cerca (ha de estar muy ocupado con las flores).

Sé que cuando descifre lo que me está tratando de decir, seguramente se marchará a otra ventana, a otro árbol y perseguirá a alguien más. Pero espero que se dé una vuelta de vez en cuando para contarnos cómo nos ha ido.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Cuántos años cuentas?

Ayer fui a tomar café con un amigo en el único restaurante que hay por mis rumbos con una zona disponible para los que tenemos un affair con la nicotina, tal y como indica nuestra no tan nueva Ley Anti-tabaco: afuera del establecimiento para dejar respirar a nuestros congéneres y para que los viciosos podamos coger un resfriado.

Había transcurrido poco más de media hora cuando me llamó la atención una chica de sonrisa bonita que ingresaba al inmueble, a la zona prohibida para los impíos fumadores. Se veía de unos 26 o 27 años y no era tan guapa ni tan fea, pero debo confesar que su sonrisa atrapó mi atención de inmediato, tanto que no pude apartar la vista de ella excepto cuando mi amigo me manifestaba, con dos o tres leperadas bastante explícitas, que lo estaba ignorando o cuando yo presentía que estaba a punto de rebasar los diez segundos de tolerancia para disfrutar de la belleza femenina, lo que automáticamente convertiría mi mirada de admiración en una mirada lasciva y provocaría la furia del 'puerco' policiaco sobre mi persona —¿quién dijo que en México no tenemos leyes tan estúpidas como las del vecino del norte?.

Al cabo de media hora, llegó otro señor que rayaba más allá de los 50 años (a menos que fuera de 30 o 40 y ya bastante 'traqueteado') y se sentó junto a ella. Ha de ser su padre —pensé. Él la abrazaba de forma cariñosa mientras ella reía. Conforme transcurrieron los minutos, los abrazos iban en ascenso mientras se tornaban demasiado "cariñosos" (cariñosísisimos) y ella se acurrucaba con bastante 'prestancia'. Le pedí a mi amigo que los observara para comprobrar que mi percepción no era producto de la paranoia y, desgraciadamente, vió lo mismo que yo, lo cual nos llevó a dos conclusiones: o eran pareja o se trataba de su padre y la familia era de apellido Borgia. Mi alma lloró y lloró.

Después del melodrama barato e interno, me quedé pensando en qué es lo que buscan las mujeres en los hombres ¿Qué les hace buscar a alguien con más edad? ¿Experiencia, vivencias... madurez? No lo sé. ¿Cuántos años debo tener para que las féminas de 25 a 30 me encuentren interesante? ¿50? ¿60 años? Tampoco lo sé y, con todo el respeto que se merecen este tipo de parejas, yo sí me sentiría algo incómodo siendo pareja de alguien que podría tener la edad de una hija. Como dice mi padre: "cuando tengas a tus hijos, ten hijos no nietos".

O tal vez... ¿Para esa edad es que voy a estar al mismo nivel intelectual y a llenar las expectativas de esas mujeres?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Lo perdemos


Porque la sociedad ha sido quebrantada -y superada- por la inseguridad.
Por los que murieron en Morelia el pasado 16 de septiembre.
Porque la violencia se ha vuelto el pan nuestro de cada día.
Porque al leer el periódico, al oír la radio y ver las noticias en la televisión sólo encontramos secuestros, asesinatos, robos, corrupción e impunidad.
Porque las autoridades y políticos han sido ineptos o ineficaces ante el problema.
Porque todos estamos expuestos al crimen, y hoy le tocó a alguien comiendo, ayer alguien que festejaba las fiestas patrias, y eran familiares o amigos. Y mañana tal vez sea un amigo o un familiar nuestro, o tú, o yo.
Por toda la gente que es víctima de la delincuencia día con día.
Porque éste es nuestro país.

Ya basta.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Ahora

¿Y ahora?
¿A quién dedicaré mis poemas?
¿Para quién podré escribir?
¿Quién leerá mis pedazos de vida?
¿A alguien haré sonreír
o a alguien podré conmover?

Podría dedicarle mis poemas a los oprimidos,
a los de abajo, los olvidados,
pero me encuentro lejos de estar enterado
lejos del comunista y del activista,
escribiría sin pleno conocimiento ni angustia
serían los pisos torcidos de algún mercado.

Le escribiría a los barrios
de mi niñez sin dolor ni esplendor,
sólo que hace años que no camino en ellos,
soy un turista en mi propia nación,
un exiliado por voluntad propia
y mis pisadas el viento las mató.

Le escribiría al desacuerdo
que hay entre la cordura y la razón,
pero teniendo tan poco de ambas,
más ambiguas se volverían mis metáforas
olvidando el sentido de las palabras,
muy pobres se vestirían mis estrofas.

Podría escribir de las mujeres, a ellas,
pero algunas son gatos negros en mi camino
y son tan pocas las que recuerdo,
que escarbando en los callejones del olvido
me sirven para una frase y no,
la tinta no alcanza a manchar los nudillos.

Podría dedicarle mis poemas al mar,
y a la noche, al alba y muchas cosas más
pero me falta tanto y me sobra poco,
resulta difícil parafrasear a las rosas,
hacer sonetos de mis botellas
y escribir versos sobre hojas borrosas.

Podría, podría, podría tantas cosas
pero hace falta sufrir o amar más, a ratos,
para ser un poquito más poeta
y sobra mucha vida por aprender
para ser literato o pretender ser profeta,
soy niño de probeta, comida para gatos.

¿Y ahora?
me pregunto nuevamente qué hacer,
es benéfico –a veces- algo de paraplejia mental
otras, una bella donna sirve para inspirar
¿A quién dedicaré mis poemas entonces?
seguramente para los que quieran escuchar.

martes, 9 de septiembre de 2008

10 de septiembre


Especialmente para ti, a quien he aguantado por tantos años -y tus padres aún más-, a quien le extraño esas largas pláticas que teníamos los fines de semana, las patas que me gustaba masajear, y los regaños que aún me das. Recuerda que si no te marco temprano es por mis deshoras de sueño y porque, seguramente, no voy a escuchar el despertador. Pero espero que podamos echarnos nuestro jueves pozolero.

Muchas felicidades por otro año. También te quiero un chingo.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Chachalidades strike back

Reflexiones que no resuelven el por qué de la vida, sino que acrecentan las dudas.

El confort de un apego

Afortunadamente, yo no sufro de apegos apócrifos, vanos o confortantes...Tan sólo padezco de obsesiones enfermizas, ciegas y sicóticas.


Planeación, desarrollo y realización

Hay gente que tiene su vida ya planeada como una agenda del día. Habemos otros que tenemos que improvisar constantemente.


Curas Naturistas

De todas las veces que he sufrido congestiones provocadas por amores corrosivos, no recuerdo que haya despertado algún día en particular sintiéndome aliviado –como por arte de magia. Lo que sí recuerdo, es que la mañana siguiente ya no dolía tanto como la noche anterior.


Querido diario

Nunca me llamaron la atención los diarios o las bitácoras porque me parecen demasiado cursis. Por eso siempre escribo en cuadernos de hojas sueltas.


Remedios caseros

Siempre que un familiar les recomiende un buen remedio casero, pregunten cómo funciona. De esta forma se tendrá cierta certeza acerca de los efectos en el organismo, así como las consecuencias. Y acuérdense de multiplicarlo por tres, los familiares siempre tienden a minimizar este tipo de cosas.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Definitivamente...

...me estoy encontrando con un 'yo' bastante ácido, sarcástico, irónico y más masoquista que nunca.

De hecho, ya estaba al tanto desde hace varios años. Sólo que el golpe de estado fue de lo más abrupto.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Lenguaje deslactosado

Todo los días se aprende algo nuevo, y ayer aprendí un nuevo término para explicar -o justificar, a mi parecer- la combinación de trastornos alimenticios y los problemas con el alcohol: ebriorexia, que es la mezcla de bulimia, anorexia y alcoholismo. Consiste en matarse de hambre (anorexia) o practicar solfeo frente a la taza del baño (bulimia) y decir "saluuuud" en repetidas ocasiones para meterse las calorías que necesita el organismo, aprovechando otra de las cualidades curativas del alcohol.

Aclaro que no soy insensible ante la bulimia, la anorexia y el alcoholismo -a pesar de lo rico que me resulta echarme un buen tequilazo de vez en cuando. Son problemas serios y con consecuencias fatales. El punto fundamental de este post es expresar mi opinión acerca de esta implementación de términos que se ha hecho para justificar, dulcificar y/o promover el "respeto" hacia a los demás, y que me resultan, en algunos casos, una ofensa mayor.

Volviendo al tema, el término 'ebriorexia' me parece una justificación bastante infantil. ¿Por qué? Si analizamos la lista de las famosas que han caído en esta práctica (Victoria Beckham, Lindsay Lohan o Tara Reid), y que han 'amadrinado' el bautizo del trastorno, nos daremos cuenta de dos cosas: uno, sí, sufren de anorexia o bulimia, o ambas; y dos, también sufren de alcoholismo. Efectivamente, podría haber cierta conexión entre dichos problemas (por diversos factores), pero que me digan que el abuso del alcohol de estas mujercitas es para abastecerse de las calorías que no ingieren por matarse de hambre o vomitar... lo dudo. Ahora resulta que las parrandas de Paris Hilton son nutritivas ¿Y los pasones de coca? ¿Son para llenarse de proteínas y leguminosas? Entonces deberíamos llamarla 'narcoebrioréxica'. Dios bendiga a la terminología post-moderna.

Otros ejemplos que me parecen absurdos, y que dan fe de lo santurrona que se ha vuelto la sociedad, son los referentes a los diferentes grupos. Tal es el caso de los ancianos. No sé a quién se le ocurrió la 'gradiosísima' idea de que llamar "ancianos" a los ancianos era peyorativo, por lo que esa persona, o grupo de personas, se dio a la tarea de encontrar otro término que sustituyera tan "horrible" palabra; el resultado: llamarles "personas de la tercera edad". Pero no todo acabó ahí, a alguien (igual o más ocioso que el anterior) se le ocurrió que el nuevo término resultaba no tan ofensivo como el anterior, pero que igual era ofensivo; ahora llamémosles "adultos mayores". Lo peor de todo es que la terminología ya trascendió a todos los demás demostrando qué tan acomplejados estamos con la edad, y brindándonos una amplia gama de 'adulteces': el adulto joven, adulto maduro, adulto mayor, adulto contemporáneo, adulto adulto, etc. (tal confusión me ha creado tanto "adulto" que ya no sé ni con cuál dedo me saco los mocos y si dicha actividad es propia de mi adultez).

También tenemos el típico "hacer el amor" para referirse a las relaciones sexuales (estoy seguro que me haré acreedor de varias enemistades y más de una mentada, pero que disfrutaré cual adulto rompiéndole la ilusión a un niño al que le dicen la verdad acerca de los Reyes Magos). Pregúntome yo ¿Cuál es la diferencia entre "hacer el amor" y tener relaciones sexuales? (todos aquellos creyentes de los cuentos de hadas y libros de Carlos Cuauhtémoc Sánchez retírense inmediatamente de este blog o aténganse a las consecuencias). Desde el punto de vista práctico, los dos son exactamente lo mismo, sólo que cambia la forma en que se realiza la actividad. Este término seguramente fue institucionalizado por algún 'mocho' que tenía miedo a ser considerado un depravado o un pecador por el hecho disfrutar de su sexualidad, dándole en la madre a años de tradición, y a las películas de Pedro Infante, donde "hacer el amor" significaba cortejar a la dama.

La sociedad ha ayudado bastante en este rubro: si tenemos relaciones sexuales como una actividad social y/o recurrente somos unos pervertidos (y ni se diga de la masturbación donde nos vamos a quedar ciegos, o nos saldrán pelos en la mano, si incurrimos en esta práctica). La solución más sensata para salir bien librados de este cuestionamiento existencialista-moralista es que en lugar de tener sexo "hagamos el amor". Así, y sólo así, no estamos cometiendo delito alguno. Mi conclusión es que, lo nombren como lo quieran nombrar, es sexo; lo único que cambia es la manera de hacerlo (pasionalmente, amorosamente, por quitarnos la cosquilla, por socializar, etc.).

Y los ejemplos continúan: llamarle "personas con capacidades especiales" a las personas discapacitadas (nunca me ha parecido peyorativo el segundo término y, por el contrario, esta gente siempre me ha causado respeto porque, a pesar de sus limitaciones, llegan a hacer cosas más sobresalientes que los que no tenemos impedimento alguno), o un dulcificado "personas de escasos recursos" (donde la culpa de sus "escasos recursos" la tenemos nosotros como sociedad al marginarlos y negarles oportunidades) para no llamarles pobres -como si con este término los hiciéramos sentir mejor y les aligeráramos sus problemas.

Me parece que este 'aderezamiento' del castellano tiene más la finalidad de tapar el sol con un dedo, y en ocasiones justificar el comportamiento humano. No ofendamos al intelecto ni a la lengua española con demostraciones manifiestas de estupidez humana, suficiente tenemos con nuestros políticos que quieren fungir como padres de la lingüística.