Esa tarde, en aquel café que hace un año nos vio venir, el tiempo se detuvo por un instante, una fracción de segundo, sólo para ver qué ocurría, para atrevernos a que ocurriera. Y por un momento parecía ser así.
Esta vez no fuimos culpables o pretextos, sólo circunstancias a las que nos aferramos y que influyeron en nuestra decisión: la falta de grises en el alto contraste de mi vida y el hielo de tu glaciar. Y ninguno estuvo conforme con la conclusión de esta historia.
Por egoístas nos perdimos, y por cobardes nos despedimos... y un saco de 'hubieras' bajo el brazo.
Tú me pierdes a mí, yo te doy por perdida.
3 comentarios:
Hola,
Te invito a compartir intereses y experiencias en:
www.universitariosdehoy.blogspot.com
Saludos!
Me sigue gustando mucho cómo escribes :)
Por cierto, muy linda la onda nueva del espacio =3
Muchas gracias, ahí andamos haciéndole la luchita.
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