Sí, me he autocensurado porque soy re-mamón hasta conmigo mismo. Eliminé mis dos últimos post acerca de las "Manzanas susurrantes", la razón: muy a pesar de que el proyecto lo había prometido a mi regreso de unas vacaciones que me eché en Puebla, me castró la poca trascendencia de mis palabras porque eran chistes locales que unos cuantos privilegiados entendíamos -y la culpa la tiene, otra vez, ese puto chileno. Además, creo que, siendo el objetivo de este blog 'echar letras', mis posts deberían tener cierto fundamento analítico, anímico o etílico (ya de perdis), y no nomás aventarme posteos a diestra y siniestra en honor cuanta pendejez se me ocurra en los ratos de ocio -para eso tengo el hi5 o puedo incluír el dichosito twitter a mi blog. Porque, aunque ustedes no lo crean, me estoy volviendo cada vez más exigente con lo que escribo.
Una disculpa a los que dejé con la duda de lo que sucedió durante la expedición en busca de las manzanas susurrantes, c'est la vie.
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