viernes, 23 de mayo de 2008

Otras chachalidades

La trascendencia del puto

No recuerdo en qué ocasión, en dónde, en qué circunstancias, ni bajo el influjo de qué sustancia tóxica, alguien me comentó que una de las groserías que más le encantaba era "puto", pues era la peor manera en la que podías llamar a otra persona -más efectivo aplicado a otro hombre-, y también era la más ofensiva, después de la ya tradicional mentada de madre. Yo no creo que sea la segunda grosería más ofensiva, pero sí considero que es de las más recurrentes en la lengua española.

Puto es empleado para llamar a la persona que es cobarde, aquella que no responde por sus acciones y que no se faja los pantalones ante las decisiones importantes o situaciones difíciles. Puto, es la mejor forma de ofender la hombría de todo varón que se jacte de ser un 'macho'. Puto, desgraciadamente, también es sinónimo de 'joto' y 'maricón', mismos que son aplicados en forma despectiva hacia los homosexuales. Aunque en este último punto, deberíamos señalar una discrepancia del uso común de la palabra: si 'puta' es la sexo-servidora, o la mujer que se mete con varios los hombres, entonces 'puto' tendría que ser exactamente lo mismo sólo que en masculino.

Puto también tiene otros usos: como protocolo social, "¿quihubo puto, cómo estás?"; como invitación a realizar actividades recreativas, tales como las peleas y apuestas estúpidas: "¿pues qué pedo puto?", o "no le saques puto"; como comparativo: "perdón por llegar tarde pero es que había un puto tráfico..." (en este caso, 'puto' equivale a más que "mucho", pero menos que "un chingo"); y como superlativo: "¡pinche puto cabrón!", mismo que es el superlativo para ese hijo-de-la-chingada-culero-mamón-de-mierda-que-te-caga-los-huevos-y-te-cae-en-la-punta-de-la-verga.

De igual manera, puto juega un papel importante en la sociedad mexicana: los putos impuestos, la puta crisis, la puta inflación, la puta televisión, los putos baches, el puto segundo piso del Periférico, los putos políticos (los putos más famosos), etc.

Tal es la trascendencia del puto en nuestra vida cotidiana, que puto es el que no brinque y el que no salte. Puto, el que no grite y eche desmadre. Puto, el güey que quedó conforme. Puto, el que creyó lo del informe. Puto, el que nos quita la papa. Puto, también todo que lo tapa. Puto, el que no hace lo que quiere. Puto, puto nace, puto se muere...

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