lunes, 26 de enero de 2009

Pensamientos idiotas 1

¿Acaso no adoras que siempre sabes qué hacer
o qué decir cuando ya es muy tarde?

sábado, 24 de enero de 2009

Mi promesa

Prometo que cada día será un nuevo comienzo para nosotros.

Que cada vez que compartamos tiempo y vida
te regalaré una sonrisa y te tendré el mismo afecto
que la primera, la segunda, y todas las veces
que nos hemos encontrado en el mundo por acuerdo mutuo.

Que cuando guardes silencio, respetaré esas palabras mudas
hasta el día que quieras sean escuchadas.

Que puedes contar conmigo para lo bueno,
lo malo, y lo peor, dentro y fuera de horarios de oficina.
Tampoco hace falta que me tengas a la mano /como una aspirina
para que sepas que cuentas conmigo.

Que cualquier duda, comentario, sugerencia, y queja
que tengas acerca de mí
me la hagas saber a la brevedad posible,
o cuando creas necesario hacerlo.

Que no es requisito indispensable que recuerdes fechas y sucesos.

Que no estás obligada a dejar tus ocupaciones y vida social
para tener algunos instantes juntos.

También habrán algunos días,
sin saber cómo ni por qué,
que no contestaré al otro lado del cable,
y no es nada en contra tuya,
es sólo que, a veces,
la cordura y la razón del hombre
me cohíbe, me mata,
me agobia.

Habrán algunos días
donde éste /el que también soy
escupirá alguna estupidez sin razón,
y es porque éste / el que también soy
todavía le falta mucho por aprender
de la gente.

Habrán días oscuros,
donde mis ropas serán de ese gris /gris azulado
que en ocasiones todos vestimos,
y es porque hay días eternos
donde correr las cortinas,
abrir las ventanas,
y barrer los pisos,
no garantizan reencontrar la sonrisa.

Y habrán otros días,
donde una ceja tuya
se levantará por encima de la otra,
y un signo de interrogación se alojará
en la sala de tus pensamientos,
es porque, tal y como a ti te sucede,
yo también no me entiendo.

Es todo lo que puedo ofrecerte,
es un compromiso propio,
no pido nada a cambio.

Es algo que me prometí...
para ti.

viernes, 23 de enero de 2009

Desde la otra acera

Todo se ve más fácil desde la acera de enfrente, desde echarse un coyotito hasta las relaciones interpersonales. Es más fácil ver la vida pasar desde una banca extraña que percatarse de la persona sentada en la nuestra. Resulta cómodo escuchar las historias, leer los libros, y ver las películas, que sumergirnos en la vida real, donde uno puede ser el protagonista de su vida y la inspiración de mil suspiros. Es más simple pretender ser el curandero de los chakras defectuosos ajenos.

Todo se ve más fácil, suena tan fácil, y se logra tan fácil, desde la acera de enfrente.

Y debe serlo... Los complicados somos nosotros.

jueves, 22 de enero de 2009

Divorcio

Estoy a punto de divorciarme... de mi otro yo. Ése que escribe cosas fútiles. Y yo que soy metódico, decidí que no cabemos los dos en este blog, y tampoco en el otro al que fui invitado (minutos antes de inaugurar este changarro).

Mientras pienso en cómo establecer una convivencia en armonía, al otro ya le puse su depa aquí.

Hasta que el masoquismo los reúna de nueva cuenta.

martes, 20 de enero de 2009

Chachalidades

Más reflexiones de temas (des)variados, para comprobar que el matar neuronas es una labor ardua y complicada.


Introspectiva

Yo vivo en una introspección permanente. Es lo que me ha convertido en un perfecto alienado.


Autoanálisis

Actividad de esparcimiento para cuando uno decide sacarse la pelusa del ombligo.


Autocrítica

Una actividad sana, que ayuda a mejorar, a reconocer los errores propios, y a crecer como ser humano.

Lo único que odio es al crítico.


Preocupaciones

No me preocupa ir a dormir y no despertar, lo que realmente me preocupa es despertar y no saber en qué ocupar mi vida a la mañana siguiente.

viernes, 16 de enero de 2009

Malditas historias de amor

Malditas de historias de amor / juguetes obscenos
no es que sean excesivas o cursis
simplemente existen,
en las canciones olvidadas
en poemas devaluados / devaluados por ocio y gente
en algún diálogo hollywoodense
en portadas de revistas baratas.

Malditas historias de amor,
agobiadas de tanta lluvia,
de entrañas,
de finales felices, de cuentos de hadas,
la calabaza de las doce
o el café de las diez,
cansadas de clichés,
mutiladas por lo kitsch en boga.

Malditas historias de deshoras,
malgastadas, abaratadas,
despechado me oyen
y pido me escuchen atentas,
tres maldiciones escupo
y persisten amenazantes, asfixiantes,
malditas noches de paranoia.

Malditas historias de amor,
malditas mañanas de desvelo,
gastando tinta sin sentido
y todas ellas me ignoran,
pasen de largo, y ya después,
después haremos las paces
cual viejos amigos.

Ignórenme, les suplico,
por hoy nos declaramos la guerra,
aquí no son requeridas
malditas historias de amor.
Busquen a otros más dichosos
que hoy no soy rojo, verde, o azul
gris azulado es mi color.

Pásenme de largo
malditas, pequeñas y persistentes,
historias de amor.

lunes, 12 de enero de 2009

(Otra) Fábula

—Supongamos que quiero hacer amistad —dijo la tortuga.
—¿Y luego qué señora liebre? ¿Qué viene al final?

domingo, 11 de enero de 2009

El fin del encanto

Esa tarde, en aquel café que hace un año nos vio venir, el tiempo se detuvo por un instante, una fracción de segundo, sólo para ver qué ocurría, para atrevernos a que ocurriera. Y por un momento parecía ser así.

Esta vez no fuimos culpables o pretextos, sólo circunstancias a las que nos aferramos y que influyeron en nuestra decisión: la falta de grises en el alto contraste de mi vida y el hielo de tu glaciar. Y ninguno estuvo conforme con la conclusión de esta historia.

Por egoístas nos perdimos, y por cobardes nos despedimos... y un saco de 'hubieras' bajo el brazo.

Tú me pierdes a mí, yo te doy por perdida.

viernes, 9 de enero de 2009

La puerta de al lado

El azar vino a tocar a mi puerta, llevaba bajo el brazo las fotos de un pasado inmediato que quemé por matar misericordiosamente al bicho del recuerdo.

Mientras yo observaba a través de la mirilla, se me ocurrió preguntar "¿quién es?" al mismo tiempo que abría la puerta, olvidándome por completo del letrero que colgaba de la manija y dice "no molestar", y que yo había colocado varios meses atrás para evitar esas visitas sorpresivas e incómodas.


Debo ser demasiado cortés... o demasiado pendejo.